El ser humano siempre anhelo volar, intentando una y mil veces con diferentes técnicas, entre ellas el Parapente. Hoy, en Lima, este deporte nos brinda la oportunidad de volar por el dominio de las aves para contemplar con éxtasis, el mar, la ciudad, y sus valles. El Parapente y/o Ala Delta, depende completamente de la presencia del viento.
Los acantilados de la costa verde son unos de los lugares más propicios para lanzarnos, su fuerte brisa nos eleva cual pájaro aprendiendo a volar. Esto es posible porque la brisa marina al toparse con los acantilados, sube, originando de esta forma una corriente ascendente perenne. El tipo de vuelo es tranquilo, relajante, casi sencillo y muy estable, pudiéndose alcanzar alturas superiores a los 250 msnm. Existen vuelos biplaza en los cuales, junto a un guía, se planea durante aproximadamente 15 minutos sobrevolando el exclusivo malecón miraflorino.
En la ciudad existen numerosas asociaciones y clubs privados dedicados a la promoción de este deporte, los cuales les proporcionarán instructores y los implementos necesarios. Si usted desea aprender este deporte y aventurarse con su propio parapente, se dan algunos cursos en las afuera de la ciudad sobre las dunas de Lurín. Al final del curso podrá, con la asistencia de un instructor, emprender su primer vuelo en solitario, por la Costa Verde, Pachacámac, o Lunahuaná.
Las Montañas de Pachacámac se ubican a solo 40 km al sur de la ciudad de Lima (30 minutos en auto aproximadamente) y forman un valle despejado enfrentado al mar –8 km de distancia. Las montañas tienen entre 400 y 600 m de altura, y se aprovechan las térmicas, que son fuertes corrientes de aire ascendente, causadas por las variaciones de temperatura en el terreno.
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